martes, 18 de abril de 2017

Chicos sin etiquetas

“Las niñas y los niños tienen derecho a que se respeten sus tiempos” dice el cartel que muestran Pampita, el Puma Goity, Sebastián Ortega y Julián Weich. “Las niñas y los niños tienen derecho a ser escuchados” dice el del artista plástico Milo Lockett y los integrantes del grupo de música Koufequín; “Las niñas y los niños tienen derecho a equivocarse” expone el del músico Emanuel Horvilleur. El cartel que muestran el músico Abel Pintos y la actriz Verónica Llinás dice “Las niñas y los niños tienen derecho a un diagnóstico que no sea un rótulo”. “Las niñas y los niños tienen derecho a recibir tratamientos sin certificado de discapacidad”, reza el que muestran el tenista Guillermo Coria y el actor Luis Machín.

Es parte de la campaña por los diez años de Fórum Infancias, un movimiento formado por profesionales de distintas disciplinas vinculadas a la Salud, la Educación y las Ciencias Sociales que luchan por infancias y adolescencias plenas de derechos y libres de etiquetas que estigmatizan, patologizan y medicalizan sus vidas cotidianas.

“Las niñas y los niños tienen derecho a moverse sin que se los llame hiperactivos”; “Las niñas y los niños tienen derecho a ser mirados como niñxs y no como clientes”; “Tienen derecho a fantasear sin que los llamen ADD”; “Las niñas y los niños tienen derecho a que la medicación no sea la única opción”; “Las niñas y los niños tienen derecho a estar tristes sin que se los medique”, dicen otros carteles que muestran periodistas, deportistas, médicos, psicoanalistas, maestros, musicoterapeutas, abogados y neurólogos.

“Ser niño, niña y adolescente es mucho más que ser ADD, TOD, TOC, TEA, DISLÉXICO o BIPOLAR,  y cualquiera de los rótulos con los que se pretende establecer un diagnóstico. El diagnóstico bien entendido apunta a conocer a fondo las problemáticas –siempre singulares- y requiere un abordaje interdisciplinario que ayude y colabore tanto con los niños, niñas y adolescentes como con sus familias, escuelas, e instituciones”, cuenta a Chicos y Papás la licenciada Ariana Lebovic, miembro de Fórum Infancias.

Olivia se mueve mucho en clase. Inmediatamente se le diagnostica Trastorno por Déficit Atencional con o sin Hiperactividad (TDA-H) y se la medica. Mateo se niega a realizar todo lo que le piden y contesta con desafíos a cualquier sugerencia. Es diagnosticado como Trastorno Oposicionista Desafiante (T.O.D.) y medicado. Seguramente tenemos muy cerca niños y niñas que podrían ser Olivia, Mateo o tantos otros.

“Desde Forum Infancias pensamos que el diagnóstico debe ser una buena oportunidad de intervención y no un sello indeleble que pese sobre el sujeto, cual rasgo o marca personal. Por eso son necesarias las intervenciones alternativas con niños que, por presentar dificultades en la escuela o en el ámbito familiar, son rotulados y medicados sin que nadie los haya escuchado, sin referencias a su contexto y a su historia, sin que se haya realizado ningún intento de comprender sus conflictos ni de ayudarlo de otros modos”, explica Labovic.

Fórum Infancias existe en la Ciudad de Buenos Aires, en Mar del Plata, Bahía Blanca, Rosario, Mendoza, Córdoba, Chubut, Chaco; y también en las ciudades mexicanas de Guadalajara y Guanajuato, además de organizaciones adherentes como el “Movimiento Despatologiza” de Brasil, y el “Foro de Infancia y Adolescencia” de España.

Muchas veces los problemas cotidianos de los chicos y jóvenes de hoy son ligeramente considerados como producto de una patología psiquiátrica. Suelen ser problemas y dificultades incómodas para los adultos. Y se definen como permanentes y determinadas por lo biológico dificultades que suelen ser transitorias si se los escucha y se los acompaña. “Ejemplos de estos síntomas y dificultades son la inquietud y la desatención que suelen encuadrarse como Trastornos de Atención con Hiperactividad, los cambios del humor y la irritabilidad que se agrupan como Trastorno Bipolar (T.B.I.),  el repliegue  y desapego por personas y actividades propias de los chicos que cae en exceso bajo el manto de los Trastornos del Espectro Autista (T.E.A.), las múltiples dificultades de acceso a la lectura y la escritura durante la escolarización que se etiquetan como Dislexia (o D.E.A.) y las reacciones de rebeldía y oposicionismo que suelen encuadrase como Trastorno Oposicionista Desafiante (T.O.D.)”, enumera Labovic al tiempo que llama la atención sobre cómo éstos cuadros sólo describen pero no profundizan en todos los determinantes del niño, la familia y el contexto actual que favorecen su aparición.  Es por eso que a este tipo de clasificaciones las consideran rótulos o etiquetas, no verdaderos diagnósticos.

“Desde el Fórum Infancias sostenemos que es fundamental pensar las dificultades infantiles como expresiones de malestares que pueden tener múltiples causas y que los niños tienen que ser escuchados en su sufrimiento. Y que en tanto son sujetos en crecimiento y transformación permanente no pueden quedar fijados a ningún 'rótulo' de por vida”, promueve Labovic.

“Es común escuchar a muchos padres, maestros y otros profesionales decir ‘este chico es ADD’, o ‘mi hijo es TGD’. Ya no se refieren a Juan o a María sino que identifican al chico con determinado trastorno, y allí se corre el riesgo de no poder pensarlo en su singularidad: qué le pasa, de qué sufre, qué necesita. Y así también es como los niños empiezan a pensarse a sí mismos. Ese cartel que se les cuelga funciona como un espejo en el que se miran, puede incidir en sus comportamientos, en su autoestima, en su valoración personal. Si el contexto los identifica con una patología es probable que terminen creyendo que son eso y adopten conductas en respuesta a esos rasgos con los cuales se los identifica”, cuenta la profesional.

No es lo mismo entender que un chico o un adolescente puede estar manifestando cierto sufrimiento psíquico como algo que puede ser transitorio, que pensar que porque tiene una patología es así, y entonces va a ser así de por vida, sin posibilidad de cambio. “Les recomendamos a la familia no perder nunca de vista lo propio del niño, sus intereses particulares, sus ritmos, sus tiempos en la adquisición de nuevos aprendizajes”, explican en Fórum Infancias.

“Nosotros luchamos por una cobertura universal de salud en la primera infancia más allá de los diagnósticos y pensando en los derechos humanos. Lamentablemente no existe una ley que indique que no haga falta el certificado de discapacidad para acceder a los tratamientos, a una cobertura integral tanto en salud mental como a prestaciones escolares como son maestros integradores o acompañantes terapéuticos”, cuenta Lebovic y apoya el derecho de todo niño y niña a recibir tratamiento de calidad, independientemente de cualquier patología y por el sólo hecho de ser niños.

“Las niñas y los niños tienen derecho a infancias libres de etiquetas” dice el cartel de los músicos Luis Pescetti y Mariana Baggio. Que así sea.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------
Si todavía no te llega, podés recibir Chicos y Papás en tu correo electrónico, ¡completamente gratis! Tenés que completar tu mail y poner las letras que aparecen (capcha). Luego te llegará un correo electrónico a tu casilla para que confirmes la suscripción y listo. Suscribite aquí a Chicos y Papás
------------------------------------------------------------------------------------------------------------

No hay comentarios:

Publicar un comentario