Finalmente me animé.
Agradezco a mi amiga Sonia quién desde hace un año (cuando nació su hijo) me dice que tengo que abrir un blog.
Es que mi amiga cree que algunos de los consejos y sugerencias que comparto con ella, pueden servirle a otros.
Y yo, además, creo que algunas de las historias graciosas, desesperantes, emotivas y desboladas de "madre primeriza" tengo que contarlas en algún lado para compartirlas y para no enloquecer en el camino.
Le agradezco a mi marido que me acompaña a protagonizarlas. Y, sobre todo, a Ana, que me hizo darme cuenta que, antes de ser mamá, sabía un montón de cosas que ahora no me sirven para nada; que me enseña todos los días; y que también me muestra que algunas de las cosas que sabía desde antes, también sirven!
Empiezo hoy, entonces, a compartir desde la web.
¡Qué notición el blog! Ideal el nombre: chicos y papas. Puede pasar que a veces, siendo madres, te sientas un tubérculo... ¡Seguro que con esto mejora!
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