sábado, 29 de abril de 2017

Talleres, música, animales, ciencia e historias para toda la familia en la Feria del Libro

Compartimos la nota que escribimos para el Ministerio de Cultura de la Nación sobre las propuestas para chicos en la Feria del Libro. Recomendamos seguir a Chicos y Papás en todas las redes sociales (Facebook, Instagram y Twitter) ya que iremos recomendando, día por día, las mejores actividades para quienes pasen con los peques por la Feria.

Animales autóctonos ¡y vivos!, que aparecen en los cuentos de Horacio Quiroga; música de la mano de Anda Calabaza, Bigolates de Chocote y Mariana Cincunegui; talleres de ciencias, plástica y arqueología; y de periodismo para adolescentes. Con propuestas variadas para toda la familia, los stands del Ministerio de Cultura en la Feria del Libro invitan a jugar, conocer y participar de historias todos los días.

Escuela de animales es una propuesta que presenta a nuestros animales autóctonos y, a la vez, rinde homenaje a Horacio Quiroga. Los chicos y chicas podrán conocer en vivo algunos de los animales originarios de nuestra fauna que aparecen en los cuentos del autor de “Cuentos de la selva”. El domingo 30 de abril a las 15 en el stand La Cultura la hacemos juntos, en el pabellón azul.

En un clima íntimo y con su preciosa voz, Mariana Cincunegui presentará Canciones que escaparon de los libros los domingos 30 de abril y 7 y 14 de mayo a las 16 en el Espacio Federal del Pabellón Ocre.

Anda Calabaza, la banda de música para toda la familia que hace saltar y jugar a chicos y grandes, se presenta el sábado 29 a las 15 en el stand del Ministerio ubicado en el pabellón azul.

Los chicos que se acerquen al stand del Ministerio de Cultura en el pabellón azul, podrán charlar con una arqueóloga y conocer diversos materiales arqueológicos y saber en qué consiste una excavación arqueológica, qué materiales se encuentran, cómo se analizan y a dónde van luego para conformar nuestro patrimonio cultural. Todo sucederá en el taller El oficio del arqueólogo, los martes 2 y 9 de mayo a las 14.30.

“Libro Libre” y “Collage” son los nombres de los talleres que brindará ETRA, el proyecto de educación artística súper innovador para niños y niñas, que se realizarán el viernes 28 de abril a las 14.30, miércoles 3 de mayo a las 15.30, viernes 5 a las 14.30, miércoles 10 a las 15.30, y viernes 12 de mayo a las 14.30.

Juegos de diferentes pueblos originarios y grupos étnicos como los dados mocovíes, el yolé, las bolitas y los juegos con hilos están entre las propuestas del taller “Las cosas del juego” que se realiza los lunes 1° y 8 de mayo a las 14.30 en el stand La Cultura la Hacemos Juntos, del Pabellón Azul.

Talleres de luces y colores organizados por especialistas del Centro Cultural de la Ciencia tendrá lugar en el stand La Cultura la hacemos juntos. Los martes 2 y 9 de mayo a las 15.30, los viernes 5 y 12 de mayo a las 15.30, el sábado 6 a las 14.30, y sábado 13 a las 14.30 y a las 15.30.

Anticipando sus próximas presentaciones en el Teatro Nacional Cervantes, los Bigolates de Chocote se presentan los jueves 4 y 11 de mayo a las 15 en el stand del pabellón azul.

¿Cuál es el equipo de trabajo de un arqueólogo buzo? ¿Qué elementos necesita? ¿Qué busca? Son algunas de las preguntas que se responden en el taller de Arqueología subacuática que organiza el Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL) en el stand del Ministerio ubicado en el pabellón azul. También habrá dibujos bajo el agua los miércoles 3 y 10 de mayo a las 14.30.

Para los adolescentes, habrá un ciclo de Periodismo pensado especialmente para ellos. Con un Taller de crónica periodística comienza el ciclo el viernes 28 de abril a las 16.30. Seguirá el lunes 1° de mayo, a la misma hora, para aprender a escribir crónica policial con Cecilia González. Siempre a las 16.30, el viernes 5 de mayo será el turno de las crónicas para dispositivos móviles, con Agustina Grasso; y el viernes 12, “crónica periodística para adolescentes y jóvenes”, a cargo de Luciana Mantero.

Además, el lunes 1° de mayo a las 15.30 Fabiana Scherer entrevista a Chris Priestley y conversarán sobre el boom del terror, un género que se instala cada vez más entre los chicos. Y el domingo 7 de mayo a las 16 tendrá lugar el taller Ciencia y Superhéroes, con Paula Bombara y Andrés Valenzuela, del Centro Cultural de la Ciencia, en el stand del Ministerio de Cultura del pabellón azul.

Por su parte, en el stand del Fondo Nacional de las Artes, en el pabellón azul, habrá lecturas de poesías, señaladotes intervenidos y talleres de artesanos.

El sábado 29 de abril a las 19 y el domingo 30 a las 19.30, la editorial Libros Silvestre organizará lecturas de poesías + dibujo en vivo para chicos de entre 4 y 12 años. Y el domingo 30 a las 18 presentará la novela juvenil "Canción para gorilas" con una guía de lectura y actividades para docentes.

El sábado 6 de mayo a las 15 y a las 17, La Terraza realizará una actividad con señaladores intervenidos por Didi Grau, Paula Adamo, Irene Goldfeder y Fernanda Bragone. Y a las 18 presentará los libros "Ojos de mirar y ver" y "Lorenzo y la escalera misteriosa", con la presencia de los editores Mauricio Micheloud, Vanina Boco y Barbi Couto y las autoras.

Además, los artesanos premiados por el Fondo Nacional de las Artes tendrán su espacio en el stand para mostrar quiénes son y lo que hacen a través de la confección de sus objetos que el público se podrá llevar.

Adriana Torres, Miga de Pan, brindará un taller de de muñequería textil (domingo 30/4 a las 16) mientras que Mora Amigo tendrá a su cargo un taller de marionetas (jueves 4/5 a las 16).

La Feria se realiza en La Rural hasta el 15 de mayo. De lunes a viernes de 14 a 22. Sábados, domingos y feriado de 13 a 22. La entrada es gratuita siempre para menores de 12 años inclusive y personas con discapacidad. También pueden entrar gratis, de lunes a viernes (excepto el 1° de mayo) docentes, estudiantes y jubilados. Para el resto, la entrada cuesta $70 de lunes a jueves (excepto el 1° de mayo), y $100 los viernes, sábados, domingos y el 1° de mayo.

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martes, 25 de abril de 2017

Trescientos sesenta y cinco

Hoy se cumplen 365 días desde que nació Lulú. Un año de “familia de cuatro”, de aprender a ser mamá de dos, de repartirse para cambiar pañales y ayudar con la tarea o salir a patinar.

Hace un año se asomaba nuestra cachorrita para sonreír con toda la cara e iluminarnos el alma.

¿Será cierto eso de que los hermanos menores son siempre los bebés aunque tengan 25 años?

Con Ana estaba atenta a que “hiciera las cosas de su edad”: que se sentara, caminara, hablara. (Creo que habló antes de hacer ninguna de las otras!). Ahora, con Lucía, me alegra que las haga y me emociona verla crecer. Y, al mismo tiempo, tengo esa sensación de querer que el tiempo se detenga un poco. Que siga siendo esa bebita que se acurrucaba en mi pecho.

Me alegra que sea tan aventurera y descubra el mundo trepando y explorando. Amo verla abrir y cerrar frascos y botellas de plástico. Me asusta un poco que, aún sin caminar, encuentre la manera de subir hasta el sillón y, al mismo tiempo, me encanta que pruebe y lo logre.

No soy una amante de los animales. Creo que por eso me gusta más que Lulú se desviva por cualquier ser vivo y especialmente por los perros. Que quiera bajar del cochecito para tocarlos, que le de besos a todos los canes y yo, que hasta el momento mucho no los registraba, ahora conozco el nombre de todos los perros del barrio y me divierto diciendo “Mirá Lulú, ahí viene Mitre”, “Qué suerte que nos encontramos con Coqui de camino a la panadería”, y ella sonríe feliz y dice “guau, guau” antes de intentar tirarse del coche o bajar de mis brazos.

Lucía nos abraza fuerte con los brazos y las piernas a upa de quién la sostiene. Aplaude al escuchar la palabra cumpleaños y sopla una velita entusiasmada. Así está siendo nuestra vida con esta nena que nos llena de dicha el corazón. Feliz cumpleaños bombona mía. Te esperamos y fantaseamos enormemente, pero superaste todos nuestros pensamientos a puro mimo y amor. Feliz primera vuelta al sol, pimpolla.

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martes, 18 de abril de 2017

Chicos sin etiquetas

“Las niñas y los niños tienen derecho a que se respeten sus tiempos” dice el cartel que muestran Pampita, el Puma Goity, Sebastián Ortega y Julián Weich. “Las niñas y los niños tienen derecho a ser escuchados” dice el del artista plástico Milo Lockett y los integrantes del grupo de música Koufequín; “Las niñas y los niños tienen derecho a equivocarse” expone el del músico Emanuel Horvilleur. El cartel que muestran el músico Abel Pintos y la actriz Verónica Llinás dice “Las niñas y los niños tienen derecho a un diagnóstico que no sea un rótulo”. “Las niñas y los niños tienen derecho a recibir tratamientos sin certificado de discapacidad”, reza el que muestran el tenista Guillermo Coria y el actor Luis Machín.

Es parte de la campaña por los diez años de Fórum Infancias, un movimiento formado por profesionales de distintas disciplinas vinculadas a la Salud, la Educación y las Ciencias Sociales que luchan por infancias y adolescencias plenas de derechos y libres de etiquetas que estigmatizan, patologizan y medicalizan sus vidas cotidianas.

“Las niñas y los niños tienen derecho a moverse sin que se los llame hiperactivos”; “Las niñas y los niños tienen derecho a ser mirados como niñxs y no como clientes”; “Tienen derecho a fantasear sin que los llamen ADD”; “Las niñas y los niños tienen derecho a que la medicación no sea la única opción”; “Las niñas y los niños tienen derecho a estar tristes sin que se los medique”, dicen otros carteles que muestran periodistas, deportistas, médicos, psicoanalistas, maestros, musicoterapeutas, abogados y neurólogos.

“Ser niño, niña y adolescente es mucho más que ser ADD, TOD, TOC, TEA, DISLÉXICO o BIPOLAR,  y cualquiera de los rótulos con los que se pretende establecer un diagnóstico. El diagnóstico bien entendido apunta a conocer a fondo las problemáticas –siempre singulares- y requiere un abordaje interdisciplinario que ayude y colabore tanto con los niños, niñas y adolescentes como con sus familias, escuelas, e instituciones”, cuenta a Chicos y Papás la licenciada Ariana Lebovic, miembro de Fórum Infancias.

Olivia se mueve mucho en clase. Inmediatamente se le diagnostica Trastorno por Déficit Atencional con o sin Hiperactividad (TDA-H) y se la medica. Mateo se niega a realizar todo lo que le piden y contesta con desafíos a cualquier sugerencia. Es diagnosticado como Trastorno Oposicionista Desafiante (T.O.D.) y medicado. Seguramente tenemos muy cerca niños y niñas que podrían ser Olivia, Mateo o tantos otros.

“Desde Forum Infancias pensamos que el diagnóstico debe ser una buena oportunidad de intervención y no un sello indeleble que pese sobre el sujeto, cual rasgo o marca personal. Por eso son necesarias las intervenciones alternativas con niños que, por presentar dificultades en la escuela o en el ámbito familiar, son rotulados y medicados sin que nadie los haya escuchado, sin referencias a su contexto y a su historia, sin que se haya realizado ningún intento de comprender sus conflictos ni de ayudarlo de otros modos”, explica Labovic.

Fórum Infancias existe en la Ciudad de Buenos Aires, en Mar del Plata, Bahía Blanca, Rosario, Mendoza, Córdoba, Chubut, Chaco; y también en las ciudades mexicanas de Guadalajara y Guanajuato, además de organizaciones adherentes como el “Movimiento Despatologiza” de Brasil, y el “Foro de Infancia y Adolescencia” de España.

Muchas veces los problemas cotidianos de los chicos y jóvenes de hoy son ligeramente considerados como producto de una patología psiquiátrica. Suelen ser problemas y dificultades incómodas para los adultos. Y se definen como permanentes y determinadas por lo biológico dificultades que suelen ser transitorias si se los escucha y se los acompaña. “Ejemplos de estos síntomas y dificultades son la inquietud y la desatención que suelen encuadrarse como Trastornos de Atención con Hiperactividad, los cambios del humor y la irritabilidad que se agrupan como Trastorno Bipolar (T.B.I.),  el repliegue  y desapego por personas y actividades propias de los chicos que cae en exceso bajo el manto de los Trastornos del Espectro Autista (T.E.A.), las múltiples dificultades de acceso a la lectura y la escritura durante la escolarización que se etiquetan como Dislexia (o D.E.A.) y las reacciones de rebeldía y oposicionismo que suelen encuadrase como Trastorno Oposicionista Desafiante (T.O.D.)”, enumera Labovic al tiempo que llama la atención sobre cómo éstos cuadros sólo describen pero no profundizan en todos los determinantes del niño, la familia y el contexto actual que favorecen su aparición.  Es por eso que a este tipo de clasificaciones las consideran rótulos o etiquetas, no verdaderos diagnósticos.

“Desde el Fórum Infancias sostenemos que es fundamental pensar las dificultades infantiles como expresiones de malestares que pueden tener múltiples causas y que los niños tienen que ser escuchados en su sufrimiento. Y que en tanto son sujetos en crecimiento y transformación permanente no pueden quedar fijados a ningún 'rótulo' de por vida”, promueve Labovic.

“Es común escuchar a muchos padres, maestros y otros profesionales decir ‘este chico es ADD’, o ‘mi hijo es TGD’. Ya no se refieren a Juan o a María sino que identifican al chico con determinado trastorno, y allí se corre el riesgo de no poder pensarlo en su singularidad: qué le pasa, de qué sufre, qué necesita. Y así también es como los niños empiezan a pensarse a sí mismos. Ese cartel que se les cuelga funciona como un espejo en el que se miran, puede incidir en sus comportamientos, en su autoestima, en su valoración personal. Si el contexto los identifica con una patología es probable que terminen creyendo que son eso y adopten conductas en respuesta a esos rasgos con los cuales se los identifica”, cuenta la profesional.

No es lo mismo entender que un chico o un adolescente puede estar manifestando cierto sufrimiento psíquico como algo que puede ser transitorio, que pensar que porque tiene una patología es así, y entonces va a ser así de por vida, sin posibilidad de cambio. “Les recomendamos a la familia no perder nunca de vista lo propio del niño, sus intereses particulares, sus ritmos, sus tiempos en la adquisición de nuevos aprendizajes”, explican en Fórum Infancias.

“Nosotros luchamos por una cobertura universal de salud en la primera infancia más allá de los diagnósticos y pensando en los derechos humanos. Lamentablemente no existe una ley que indique que no haga falta el certificado de discapacidad para acceder a los tratamientos, a una cobertura integral tanto en salud mental como a prestaciones escolares como son maestros integradores o acompañantes terapéuticos”, cuenta Lebovic y apoya el derecho de todo niño y niña a recibir tratamiento de calidad, independientemente de cualquier patología y por el sólo hecho de ser niños.

“Las niñas y los niños tienen derecho a infancias libres de etiquetas” dice el cartel de los músicos Luis Pescetti y Mariana Baggio. Que así sea.

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jueves, 13 de abril de 2017

Los bebés ya tienen su lugar para jugar, conocer y cantar

Canciones, texturas, colores, un espacio lindo y muy limpio con profesionales que saben mucho de primera infancia y tratan a los bebés y chicos chiquitos (hasta 3 años) con cuidado y respeto. Eso sucede en el espacio para los más chiquititos del 3° piso del CCK, donde funciona el Espacio para la infancia que coordina Magdalena Fleitas.

Todas las propuestas para chicos y chicas están muy buenas. El fin de semana pasado mostramos algunas en el Instagram Stories de Chicos y Papás (¿todavía no nos siguen? ¡Háganlo pronto así no se pierden nada!).

Hoy rescatamos particularmente el espacio Crianza y Arte, destinado a los más pequeños. Es el único en Buenos Aires con este tipo de propuestas para bebés que es absolutamente gratuito.

A la sala de Crianza y Arte se entra sin calzado, eso asegura que todo el suelo estará limpísimo y que los peques podrán gatear, rolar, caminar, caer y levantarse por todo el lugar. Hay almohadones enormes y coloridos para sentarse y jugar. Algunos tienen forma de chorizo y hacen las veces de caballo, auto o montaña y es toda una aventura, para los bebés, escalarlos y transportarlos.

Hay piso de gomaeva, cintas de colores en el techo por las que es muy divertido pasar (con ayuda de un adulto que hace upa), y bloques de gomaespuma para jugar.

Este espacio está pensado para que los chiquitos disfruten siempre acompañados de un adulto. Programa ideal para abuelos, tías, padrinos y padres y madres, claro, para encontrarse en un lugar diferente y descubrirse jugando juntos.

Nos encantó (a los grandes y a la chiquitita de la familia) la Rondita de canciones. Un espacio en el que cantamos y jugamos con pompones de lana, palanganas que sirven para juntar y transportar pompones, y como vehículo para los bebés que se dejan felices trasladar por un adulto. También se realiza un Taller de música con docentes especializados y canciones que nos conectan con nuestro país y sus diferentes ritmos musicales. Las propuestas duran media hora, tiempo ideal para disfrutar con un bebé.

Taller de música a las 15 y a las 17
Ronditas de canciones a las 15.30 y a las 17.30

Todo el personal del Espacio conoce de maravillas a los chicos, sus inquietudes, gustos y posibilidades, y eso se nota. Chicos y grandes nos sentimos a gusto y nos dan ganas de quedarnos a jugar y cantar.

Todo el Espacio para la infancia del CCK está abierto sábados, domingos y feriados de 14 a 19 y la entrada es libre y gratuita.

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sábado, 8 de abril de 2017

Sigo siendo una madre primeriza

A pesar de que tengo dos hijas, y creo que aunque tuviera diez, en algunas situaciones sigo sintiéndome una mamá primeriza.

Hace un poco más de un mes Lulú se cayó de la cama. Algo muy común en los bebés. Creo que al 90% de las familias les ha pasado al menos con alguno de sus hijos. En la mayoría de los casos es un susto, algo de culpa (o mucha) para la persona que estaba en ese momento al cuidado del bebé (en este caso yo era la que estaba con ella), tal vez algo de sangre, llamada al pediatra, alguna consulta en la guardia, un chichón feo y grande desaparece al cabo de unos días y todo queda en la anécdota. Algo así me había pasado con Ana, mi hija mayor.

Ahora que ya no soy más primeriza, y con aquel antecedente, estaba segura que no volvería a ocurrirme. Pasó la etapa en la que de pronto, un día, rolan y se deslizan en la cama y el adulto, no acostumbrado a esa situación, a veces no toma todos los recaudos necesarios y si, el bebé se cae.

Lulú ya se movía mucho así que estábamos muy atentos. Pero una tarde la senté en la cama de su hermana y giré el torso levemente, sin siquiera mover los pies de lugar, para agarrar otra cosa que estaba sobre la cama y en esa milésima de segundo la nena vio algo más interesante en el suelo y no se cómo, cayó de espalda sobre el cemento alisado de la habitación de su hermana.

Lloró y lloró pero como no soy madre primeriza, no perdí la calma y pude contenerla hasta que se tranquilizó. No hubo desmayo, pérdida de conocimiento, convulsión, sangre ni ningún otro líquido saliendo de ningún lado. Lulú no se quedó dormida y pasó el susto. Era verano y la pediatra estaba de vacaciones.

Como a la hora, la culpa me hizo llamar al médico de la obra social para que pasara a verla a casa y confirmara que todo estaba bien. Lulú lo recibió de lo más simpática y diciendo hola con su manito, la gracia que había aprendido unos días antes. El médico la revisó y notó que algo en su cabeza estaba hundido. ¿Ya lo tenía de antes? Creo que no. Había que hacerle una placa. Es la rutina que se debe seguir en todo bebé menor de un año, me explicó.

Placa, pediatra de la guardia que me vuelve a preguntar si ese hundimiento era previo a la caída, que si la pediatra nunca me dijo nada, que si había nacido con fórceps. Llaman a otro especialista en imágenes. Confirmado: había un hundimiento y aparentemente era nuevo. Bueno, vamos a controlarla y, cuando toque el nuevo control, lo conversamos con la pediatra.

La verdad es que estábamos tranquilos porque la nena estaba divina, como siempre. Llega el control y lo comento con la pediatra que le toca la cabeza, asegura que el hundimiento antes no estaba y nos dice “no se asusten pero es la cabeza, quisiera que la vea un neurocirujano”.

Cuando Ana se cayó de la cama la llamé desesperada y me dijo que no hiciera nada y ahora, que yo estoy tranquila y no soy madre primeriza me manda al neurocirujano?!?!?!?! Allí fuimos, seguros de que nos felicitaría por la hija hermosa que tenemos. Lo hizo porque Lulú es divina peeeeeeero, como es la cabeza, vamos a hacerle unos estudios para ver si ese hundimiento compromete algo más. Pesadilla.

Llamo a la pediatra para compartir mi hipótesis de que el especialista exagera pero me dice que está de acuerdo con él y entonces tomografía y electro de sueño. Es una bebé señores! ¿Cómo le pedimos que se quede muy quitita para que le hagan la tomografía? Lo del sueño tendría que ser más sencillo: la nena a la noche, duerme. Pero resulta que el estudio sólo se realiza de 9 a 15 horas. Así que me sugieren en la clínica que mantenga despierta a la bebita toda la noche para que llegue cansada a la hora asignada.

No, no. No es factible mantenerla despierta ni que nosotros no peguemos un ojo en toda la noche. Entonces me cuentan que hay otro estudio, más complejo, pero que se hace de noche y a domicilio. Lo cubre mi obra social y el neurocirujano y la pediatra coinciden en que está bien hacerle ese.

Tomografía episodio 1:
No quiero anestesia total. Probemos dándole la teta en el momento. La llevo cansada, le doy la teta y se duerme. La apoyo en el tomógrafo y Lulú, de lo más pancha, abre los ojos y se sienta mirando para arriba esa luz inmensa que la alumbra como el sol del mediodía.

Tomografía episodio 2:
Mejor llevarla dormida. Hay un centro cerca de casa donde realizan la tomografía. Vamos en cochecito y en el camino cae rendida. La apoyamos en el tomógrafo y la nena se despierta.

Tomografía episodio 3:
Anestesia durante siete minutos. Feo tenerla mientras la anestesia hacía efecto pero todo cortito. A la nena la anestesia le pega bien (como a la mamá) y se despierta de buen humor pidiendo “teta”. Habíamos superado el primer estudio.

Ahora podíamos concentrarnos en lo del sueño. En pedir turno y volver a conseguir la orden. El día llegó ayer y una técnica muy simpática, cálida con Lulú y contenedora con nosotros, tocó el timbre muy puntual a las 21.30 como nos había dicho.

La bebita ya estaba cansada pero aún no había tomado la teta para dormir. Lo haría cuando tuviera todos los cables puestos. Nos explica que son 19 cables en la cabeza, dos cinturones, dos cables más cerca de los ojos, uno muy cerca de los agujeros de la nariz, dos en el pecho y uno en el pie. Los cables de la cabeza se pegan con un pegamento frío que asusta a nuestra pequeña. Ella llora a upa mío. Luego del cable 10 mas o menos, intenta arrancarse alguno. Le pido a mi marido si puede seguir él sosteniendo a upa a nuestra bebita que llora cada vez más fuerte. Pienso que es una suerte que Ana haya aceptado la invitación de los abuelos y esté de gran piyamada en su casa.

Pasan 45 minutos y está todo conectado. Lulú se quedó dormida, agotada de llorar. Vuelve a estar a upa mío. Le ofrezco la teta pero no la quiere y vuelve a llorar. Recuerdo su tercer día de vida, cuando me dijeron que tenía que ir a la lámpara porque tenía un poco alta la bilirrubina. Me alegro de estar “menos puérpera” que en ese momento. Pero me siento igual que en ese momento: primeriza con mi segunda hija.

Pasan seis horas en las que Graciela, la técnica, y yo la miramos y volvemos a pegar algún cable que se sale cuando Luli, dormida, se mueve un poco. Graciela empieza a preparar una especie de acetona con la que se despegan los cables que le pegaron en la cabecita. Lulú llora otra vez. Está frío, tiene feo olor y le tira un poco. Graciela lo hace con cuidado pero la bebita acaba de despertarse de una forma muy poco habitual.

Mi hija despide a la técnica haciendo chau con su manito y le tira un beso. Ahora toma la teta con mamá y se queda dormida. A la mañana tiene el pelo todo pegoteado y grasoso. Se despierta de buen humor y yo, que no pude pegar un ojo en toda la noche como si fuera una madre primeriza, espero que los resultados de los estudios den bien y que la única preocupación sea cómo sacar ese pegote de su pelito.

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miércoles, 5 de abril de 2017

Vuelve el Espacio para la infancia en el CCK

A partir de este sábado, todos los sábados y domingos de 14 a 19, el Espacio para la Infancia del CCK vuelve a abrir sus puertas con actividades para chicos y grandes. Habrá talleres de música y arte, de ilustración, animación y dibujo, rondas de baile, juegos didácticos para todas las edades, y se podrá conocer a Monstriña y enterarse cómo hace para intentar domesticar a sus propios miedos y fantasmas. Y continúa el espacio para la primera infancia destinado a chicas y chicos de 0 a 3 años.

En el 3° piso del CCK (Sarmiento 151), donde funciona el Espacio para la infancia, se proyectarán episodios de “El hombre más chiquito del mundo”, la serie animada realizada por Juan Pablo Zaramella que estrenó este año el canal Pakapaka. El protagonista de la serie es un hombre serio y formal que mide sólo quince centímetros pero vive en el mundo real, en una casa de tamaño habitual, usa objetos de tamaño normal e intenta ignorar sus problemas de escala, lo que lo lleva a situaciones disparatadas y divertidas. Las aventuras del hombre más chiquito del mundo serán inspiración para talleres y actividades de reflexión, para chicos y adolescentes.

Monstriña, el entrañable personaje creado por María Verónica Ramírez se presenta en una muestra interactiva y divertida. La componen más de cincuenta ilustraciones, juegos ópticos y esculturas. Monstriña es una pequeña que transita –entre distraída y llena de curiosidad—la etapa de los miedos, la edad de los por qué y el descubrimiento de lo desconocido. Monstriña domestica sus propios fantasmas y monstruos, involucrándolos en sus juegos y rutinas. Las esculturas gigantes e interactivas –como la cama mullida en la que reposa una Monstriña con pijama— invitan a saltar, a mirar y a hacer chillar a los monstruos, más lúdicos que atemorizantes, que forman parte de su imaginario.

Además habrá salas temáticas, animadas por músicos y docentes y coordinadas por Magdalena Fleitas, con talleres artísticos, juegos, rondas y baile. También está el Espacio para la primera infancia, una sala especialmente diseñada para niños de 0 a 3 años, abierta al público para que los más chiquitos jueguen con mamás, papás, hermanos, padrinos y abuelos.

Las actividades del Espacio para la Infancia son gratuitas y no requieren reserva previa.

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martes, 4 de abril de 2017

Xul Solar para chicos, medianos y grandes

Hasta el 18 de junio el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) presenta la exposición Xul Solar. Panactivista, a 130 años del nacimiento del artista. La muestra reúne más de 180 obras, entre acuarelas, témperas, objetos, máscaras, manuscritos, ilustraciones y documentos personales que deslumbran y asombran.

Como siempre, el MNBA tiene propuestas para chicos de altísima calidad y gratuitas (que también disfrutamos mucho los grandes que acompañamos). Tomen nota y aprovechen las tardes fresquitas de otoño para visitar este Museo que no deja de sorprender a sus visitantes, sin importar la edad.

MAYO
Sueño de una tarde con Xul. (para chicos de 5 a 10 años)
Un títere que sueña e historias que se entrelazan con obras de arte. Una invitación a un viaje onírico de la mano de Xul Solar. A cargo de la gran narradora de historias Roxana Pruzan. Sábado 20 y domingo 21 a las 17.

Bienvenidos al sistema Solar (para chicos de entre 5 y 12 años)
Chicos y grandes exploran en equipos la muestra de Xul Solar e intercambian visiones. Luego, en el taller, construyen a partir de diferentes disparadores sus propias creaciones inspiradas en el colorido mundo del artista. Todos los materiales son provistos por el Museo. Sábado 27 y domingo 28 a las 15 y a las 17.

ABRIL
Bienvenidos al sistema Solar (para chicos de entre 5 y 12 años)
Chicos y grandes exploran en equipos la muestra de Xul Solar e intercambian visiones. Luego, en el taller, construyen a partir de diferentes disparadores sus propias creaciones inspiradas en el colorido mundo del artista. Todos los materiales son provistos por el Museo.
Sábados 8 y 22, y domingos 9 y 23. A las 15 y a las 17.
Cupos limitados. Para participar, se entregarán números en Informes (hall central) media hora antes del comienzo de la actividad.

Sueño de una tarde con Xul. Ciclo Escuchando cuadros, mirando relatos (propuesta participativa para chicos de 5 a 10 años)
Un títere que sueña e historias que se entrelazan con obras de arte. Una invitación a un viaje onírico de la mano de Xul Solar. A cargo de la gran narradora de historias Roxana Pruzan.
Sábados 15 y 29, y domingos 16 y 30 de abril, a las 17.
Cupos limitados. Para participar, se entregarán números en Informes (hall central) media hora antes del comienzo de la actividad.

Panjuego con Xul Solar (actividad taller, para jóvenes de 13 años en adelante)
En el espacio de taller del Museo.
Un tablero, cartas con notas en panlengua, consignas plásticas para resolver…
Un taller que propone explorar el universo cósmico del artista y sortear los límites entre las diferentes disciplinas a las que se dedicó, tomando como punto de partida el "Panajedrez", una invención del propio Xul.
Todos los materiales son provistos por el Museo.
Martes, a las 16 y Sábados, a las 18.
Cupo limitado. Se entregan números en Informes media hora antes del inicio de la actividad.

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