viernes, 13 de agosto de 2010

Santo remedio

Ana estuvo varios días con más de 39 grados de fiebre. Entonces yo me la traía a dormir a nuestra cama para que ella se sintiera segura y contenida pero, sobre todo, para ternerla cerquita!!

La cuestión es que dejó de tener fiebre pero sigue con ganas de dormir con nosotros (en el medio, obvio y en forma horizontal: los pies a la altura de la espalda o panza del papá, y la cabeza para mi lado).

Ya no sabíamos qué hacer para que le encantara volver a su cama y dejara de llorar y gritar la única palabra “¡¡MAMÁ!!” en forma frenética cada vez que aparecía el padre o que yo tardaba más de 20 segundos en aparecer.

Entonces yo me acosté en la cama de abajo de la suya y le dije, con tono suave y serena, que ella durmiera tranquila en su cuna y yo me quedaba un rato ahí, en la cama de abajo. Pero nada. La niña seguía llorando a moco tendido (porque la fiebre se le fue, pero los mocos todavía no).

Probé otra opción (esta vez cayadita porque ya no me iba a salir voz ni suave ni serena): la pasé a ella a la cama de abajo y yo me senté en el sillón que está en su habitación. Santo remedio. Ana está copadísima en la cama de abajo, sin sábanas, a colchón pelado.

2 comentarios:

  1. Jajaja, nuestros pequeños solcitos son así, nos hacen quemar las neuronas buscando soluciones creativas y confortables, y se copan con cualquier objeto que los haga sentir personitas Grandes.
    Beso Grande!
    Ludmi

    ResponderEliminar
  2. Un día mi sobrina se rayó (a los dos años también) y no quiso dormir más en la cuna. Durante meses durmió a colchón pelado en el sopi. Y bue...

    ResponderEliminar