
Después de pasar diez días de vacaciones con sus primas grandes (una efectivamente grande, de seis años; la otra sólo seis meses mayor que Ana), mi pequeña un día me pidió “bombacha”.
Lo de dejar los pañales viene bien. Pero no es “de un día para el otro”. Ana tiene dos años y medio y bombachas que le gustan. Cada mañana elije cuál usar: la de monos, la rosa con el corazón, la de flores y estrellas... Con el pis está todo bien. Avisa, corre al baño o espera quietita a que alguno le haga upa para llegar rápido. Pero me parece que aún le da un poco de “cosa” hacer caca en el inodoro. Hace cuando le sale rápido y sin mucha vuelta. Pero no le gusta esperar sentada. A la noche, todavía usa pañales y aparecen bien cargados.
Dicen que, para sacar los pañales a la noche tiene que pasar una semana en la que, todos los días, amanezcan secos.
Aclaro, para mis seguidoras, que en casa tenemos adaptador para inodoro (violeta con flores, muy canchero, y con manijitas a los costados, de las que se agarra muy contenta) y pelela a la que Ana llama “el baño de chicos”. Por ahora, Ana hace en ambos y también en el inodoro común.
Así es como terminamos el jardín, el 17 de diciembre de 2010, con chupete, pañales y barrotes; y comenzaremos el próximo lunes casi sin ninguna de las tres.
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yo no puedo lograr que bauti deje los pañales.. creo que me da mas miedo a mi que a el, como te diste cuenta de q ana estaba lista?
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